Roma

Llevaba tiempo esperando este momento, y por fin me he decidido. Hoy, 20 de Diciembre de 2006 me dispongo a escribir la crónica del viaje a Roma que tuvo lugar del 29 de Septiembre al 2 de Octubre de este mismo año.

Como ya os comenté en su momento todo empezó cuando a Cris y a Kike les tocó, cortesía de Vodafone, un viaje a Roma para cinco personas, plazas que no llegamos a ocupar. El resto de acompañantes: Rosa y yo.

Salimos de León el día 29 de Septiembre, a las diez y media de la noche si no recuerdo mal, con destino a Madrid-Barajas T1, yo no pegué ojo en todo el viaje, supongo que de los nervios de mi primer viaje en avión, era todo tan emocionante!!! Luego vino la espera en Barajas y por fin el vuelo; es como ir en autobus solo que por el aire..., esta muy bien, muy tranquilo, aunque acabé con dolor de cuello de ir mirando por la ventanilla. Tuvimos la suerte de ver amanecer en las alturas. A las nueve llegamos a Roma.

Nuestro primer dia en Roma se presentaba agotador. Después de no haber dormido prácticamente nada en toda la noche no podíamos malgastar una mañana tirados en la cama, así que una vez que llegamos al hotel, nos pegamos una ducha y a patear Roma. Casi sin saber como llegamos al Coliseo, una de las joyas del arte romano. Como casi todo, costaba 8€ entrar, y como ya dijimos en su día, se aprecia que esos euros no se los gastan en aclimatar lo más mínimo el monumento, así que pasamos de entrar, es de color negro, es increíble, aunque que lo tengan tan descuidado..., es pa' matarles. También visitamos las ruinas romanas que hay alrededor, el Foro, el Palatino..., después de comer (y de dormir en un banco y en un parque...), decidimos ir a dormir al hotel, reponer fuerzas no viene mal.

Con la luz del sol, comenzó nuestro segundo día. Cogimos el autobus 571 (que por cierto, aunque vale solo 1€, nadie lo paga, y lo mejor de todo, nadie te dice nada) en busca del Vaticano. La plaza de San Pedro se extendía ante nosotros, y la verdad, se nota dónde hay dinero. Todo limpio, mires donde mires, subimos a la cúpula (320 escaloes - agotador), y dese arriba las vistas son increíbles..., y también vimos las tumbas de los Papas. Por la tarde, desupés de comer visitamos el Castillo de Sant'Angelo, la via del Corso (con D&G, Dior, GF Ferre y compañía), la Plaza de España, la Fontana di Trevi y poco más. Ya de noche fuimos a cenar al barrio del Trastevere, noche digna de mención. Como tardaron en traernos la cena años, siglos y glorias, nos enjarrillamos con el vino y luego cuando llegó el Glass (garito romano) con los copones... no te quiero ni contar, acabamos buscamos la boca della Verità...

Al día siguiente (domingo) pensamos ir al Vaticano a ver si veíamos al Papa, pero con tan mala suerte que pillamos el tranvía en dirección contraria y nos pasamos toda la mañana de un lado para otro..., cuando llegamos al Vaticano, la misa ya había acabado, por la tarde visitamos la Piazza Navona después de unos mercadillos de flores y verduras. Después volvimos al hotel a descansar y cenamos en el McDonalds de la Piazza della Republica.

El lunes ya no nos dió tiempo a ver mucho, fuimos deprisa y corriendo a ver los Museos Vaticanos. Después de pasarnos cinco minutos haciendo dos kilómetros de cola (nos colamos evidentemente), entramos y dejamos atrás miles y miles de obras de arte, porque nuestra misión era ver la Capilla Sixtina. Es sencillamente increíble. De ahí fuimos en bus al hotel para coger las maletas y un tren que nos llevara al aeropuerto.

Fueron cuatro días frenéticos, increíbles, geniales y muy cansinos, el lunes ya no sabía si mis pies eran míos o tuyos, juré que quemaría el calzado que usé alli, pero bueno, todo sea por los recuerdos, que al fin de al cabo es lo que nos queda y lo que más gusta. Repetiría hoy mismo con los ojos cerrados aún con el olor a pís que encerraban algunas calles.

Un Saludo.

pd. he tardado mucho en escribir, pero espero que vosotr@s no tardeis lo mismo en responder.